Últimamente se habla mucho sobre los cambios que traerá la Transformación Digital a los modelos de negocios, los procesos, al rol de los clientes, etc…, pero muy poco sobre el impacto que tendrá en las carreras profesionales de los directivos.
No afectará sólo a los que peinamos canas, afectará a todos. El ritmo de los cambios es tan alto que ya no es una cuestión de generaciones.
No sé si los cambios serán finalmente muy disruptivos o no, pero ya se están notando. Puedo poner dos ejemplos de mi entorno cercano:
- Una empresa decidió extender sus acciones comerciales al entorno digital. Se dio cuenta que no podía hacerlo con el personal de que disponía, muy válido para el entorno “analógico”, pero muy poco para los nuevos objetivos que se había marcado.
- Otra, dedicada a la agricultura, tenía un producto estrella que aportaba la mayor parte del beneficio. Hace unos 10 años, se descifró el genoma de esa planta y desde entonces han aparecido en el mercado nuevas variedades que mejoran al producto, como por ejemplo su volumen de producción, las características organolépticas, duración una vez procesada, etc…
Esta empresa decidió sustituir sus variedades por las nuevas. Varios años después no habían conseguido las ventajas que en teoría aportaban. Buscaron ayuda en el licenciatario quien les hizo ver que aunque las plantas era idénticas en cuanto a su aspecto, se trataba de un vegetal muy distinto, lo que conllevaba que la mayoría de su experiencia acumulada en el cultivo sencillamente ya no servía para nada. Han tenido que cambiar el manejo del cultivo y ahora lo siguen mediante un sistema de sensores e imágenes por satélite.
Pueden obtenerse muchas conclusiones de estos ejemplos, pero me gustaría centrarme en el impacto que han tenido para el personal de esas empresas:
En el primer caso, los comerciales han visto como no estaban preparados para un entorno en que en el futuro se desarrollará una gran parte de la actividad comercial. Podemos compararlo con la guerra. Antes se desarrollaba en tierras, mares y aires y ahora en pantallas, redes, programas, redes sociales, etc…. Los soldados para cada tipo de guerra son radicalmente distintos.
En el segundo caso, gran parte de lo aprendido ya no es de utilidad y ahora el cultivo se sigue mediante el big data, en vez de la prueba y el error y acumular la experiencia así obtenida. Es una manera radicalmente distinta de gestionar y seguir el cultivo que requiere de perfiles distintos tanto en los técnicos, como en los capataces.
Estos son sólo dos ejemplos de los cambios que están produciéndose ya. Si analizamos la naturaleza de los avances tecnológicos que están apareciendo, posiblemente nuestra carrera profesional sufrirá los siguientes cambios:
- Trabajaremos para más empresas. Muchas empresas basan su competitividad y modelos de negocio en innovaciones que rápidamente serán copiadas o superadas. No hay muchas barreras de entradas en la economía digital. La vida media de las empresas será más corta, lo que hará que cambiemos de empresa con mucha más frecuencia que hasta ahora.
- Relacionado con lo anterior, nuestro trabajo estará muy ligado a proyectos concretos, más que a negocios.
- Formación constante, para adaptarse a todos los cambios. Esto afectará a todos los trabajadores, que de una u otra forma se verán afectados por la robotización, inteligencia artificial, etc…
- Nuestra carrera profesional seguramente progrese mediante cambios de empresa o proyectos, más que en la promoción interna.
- Posiblemente tendremos que reinventarnos profesionalmente varias veces. Las carreras profesionales no serán una línea recta ascendente, habrá quiebros y vuelta a empezar. Esto ya lo estamos viendo por ejemplo en el personal que los bancos están reduciendo de sus oficinas.
- Tendremos que empezar a gestionar nuestra empleabilidad como las empresas su competitividad. Buscaremos la diferenciación o la especialización
- Tendremos que desarrollar o adaptarnos a otro tipo de liderazgo en las empresas.
- La cultura imperante en muchas empresas basadas en el inmovilismo y la aversión al riesgo tendrá que cambiar. En el futuro tendrán que asumir cambios y algunos de ellos fracasarán.
- Los organigramas serán más abiertos, ágiles y los puestos más interconectados. La velocidad en la adaptación al cambio y en el fluir de la comunicación hará que nos tengamos que olvidar de organigramas funcionales o divisionales.
- Nuestra retribución estará más basada en los resultados de los proyectos y la parte variable tendrá más peso que actualmente.
Quizás algunos de estos cambios no se concreten, pero sí tengo claro que nuestras carreras profesionales se verán muy afectadas por todos los cambios. Animo al lector a que haga su propio análisis. Más vale estar preparado para el futuro que dejarse sorprender.